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Cultura

Buscando respuestas (25 años después)

Acerca de la experiencia de reeditar "Señales sin respuesta. Los zorros y el pensamiento socialista en el Perú 1968-1989"

Buscando respuestas (25 años después)
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Cuando la Izquierda Unida (IU), nacida en septiembre de 1980, se rompió como frente político en enero de 1989, un joven Osmar Gonzales ardía en frustración, rabia y pena, pero sobre todo en preguntas: ¿Qué fue lo que pasó?, ¿por qué se quebró aquel frente en donde se habían depositado tantos sueños, tantas expectativas y tanto trabajo?, ¿en qué se falló?, ¿por qué no se logró?.

Gonzales había sido muy cercano a aquel proyecto político, pero sobre todo a los miembros del grupo de intelectuales-políticos que editaron la revista El Zorro de Abajo, que tuvo siete números entre 1985 y 1987. En aquella revista se debatía la viabilidad de un proyecto político desde la izquierda y la vía democrática para alcanzar el poder político a través de elecciones. En 1983, IU había ganado la alcaldía de Lima con Alfonso Barrantes a la cabeza. Todo hacía presagiar que el frente podría dar la sorpresa en las elecciones presidenciales de 1985. En ellas, Barrantes y Alan García pasaron a segunda vuelta. Pronto, el primero declinó ante la alta votación conseguida por el aprismo. Alan García fue presidente. Cuatro años más tarde, Izquierda Unida se deshacía.

Un par de años después de la ruptura de IU, Gonzales consiguió una beca para estudiar una maestría en México. Había afinado sus preguntas acerca de las razones por las cuales IU fracasó. Y tenía sus hipótesis. En su tesis, concluida en 1994, tomó como sujetos de análisis a los zorros, a los intelectuales-políticos que editaron El Zorro de Abajo, no como individualidades sino como grupo. La investigación se convirtió en un libro publicado en junio de 1999 bajo el título Señales sin respuesta. Los zorros y el pensamiento socialista en el Perú 1968-1989. (Ediciones Preal, 1999).

Los zorros eran parte de los llamados intelectuales orgánicos de la izquierda peruana. Lo fueron durante la década de los ochenta, pero muchos de ellos con sus ideas y su protagonismo académico, siguieron formando generaciones de nuevos militantes e intelectuales de izquierda. El libro nos muestra el discurrir de las ideas y las posiciones políticas del grupo zorro, la forma en que van cambiando sus percepciones conforme van transformándose sus vidas, así como el impacto de estas ideas en las nuevas generaciones.

La primera vez que lo leí quedé sorprendido: era la historia de vida de aquellos intelectuales-políticos que con el pasar de los años se habían convertido en académicos y profesores universitarios, algunos de ellos, profesores que por entonces (2012) me estaban formando en la licenciatura de sociología en San Marcos. Lo leí en una fotocopia y al buscar el libro supe que solo existía aquella edición de 1999. Conseguirla era imposible. Me preguntaba cómo un libro tan interesante no se había reeditado en tanto tiempo.

Como lector del libro y ahora como editor de una segunda edición (Punto cardinal y desco, 2024), mis comentarios se entremezclan. El libro de Osmar Gonzales no es solo un recorrido por la historia de vida de aquellos intelectuales zorros. Como él mismo dice en la introducción a la nueva edición: “es una versión auténtica de mi modo de ver el tema de la ruptura de IU desde el actuar y pensar de un grupo de intelectuales que unieron a su papel en el terreno de las ideas, la participación política militante”.

Cuando se habla de la izquierda peruana, siempre afloran preguntas de difícil respuesta, ¿qué pasó con ella después de la década de los ochenta, después de Izquierda Unida? El libro no busca darnos respuestas exactas a un fenómeno tan complejo. Nos da pistas, que nos demuestran lo importante que es aproximarse al estudio de la ideología política, los grupos políticos y los partidos políticos, desde la mirada de la sociología de los intelectuales y de la historia intelectual. El trabajo de Gonzales no solo es de archivo documental —ya que recurre a la revisión y análisis de artículos publicados en El Zorro de Abajo, pronunciamientos y comunicados—, sino que también emplea entrevistas para tener una versión de los hechos desde los propios protagonistas. Con esos instantes de distensión e intimidad con sus entrevistados, consigue que lo acartonado de un pronunciamiento o balance político, se disuelva por unos momentos para revelar los entretelones de la teoría y la práctica política, dándole importancia a las interrelaciones personales, afectivas, profesionales y militantes.

González cree que su trabajo ayuda a entender, en parte, la crisis actual de la izquierda peruana. Esto porque el grupo zorro tuvo como propósito el incorporar el tema de la democracia en el proyecto de izquierda socialista de su tiempo. Pone sobre la mesa, quizá sin pretenderlo, el tema de la identidad de la izquierda en el país. Una izquierda tan identificada históricamente con la revolución, con las aspiraciones a grandes cambios estructurales bajo un enfoque marxista de la historia, y que para algunos no logró incorporar del todo una práctica institucional democrática; es una izquierda que debe y necesita mirarse a sí misma, tomar lo que su legado le brinda, sin miedo a radicalismos ni a etiquetas, y abrazar las prácticas políticas que el sistema democrático le otorga, para lograr una identidad política que cohesione, y sobre todo, que convenza.

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