Los impactos del escenario climático de hoy parecen una película repetida, ya vista el 2017. Fenómenos extremos vinculados a El Niño vuelven a castigar el litoral peruano, en particular a la costa norte, con lluvias extremas, huaicos, desbordes de ríos, destrozos en infraestructura vial, inundaciones de urbes completas y de plantaciones agrícolas. Es un círculo vicioso de desastres que aparenta no tener nunca fin.

Ni reconstrucción ni cambios

La creación en abril del 2017 de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambio -ARCC generó mucha expectativa y esperanza de los damnificados, por el principio de una reconstrucción estructural, no sólo para levantar lo destruido sino especialmente para estar prevenidos en las siguientes situaciones climáticas extremas. Lamentablemente, muy pronto las sucesivas Direcciones Ejecutivas cayeron bajo el limitado manejo político, perdieron la visión técnica innovadora de prevención y se abrió un abanico de obras, que superaron las 9,000 a nivel nacional, pero que no respondían al desafío de fondo. Se trataba en realidad de muchas obras promovidas por gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales que aprovechaban el marco de la reconstrucción para obtener recursos.

Estas obras de reconstrucción sin cambios no han podido escapar del manto nacional de corrupción que ahoga al país. Las formas no han variado: expedientes técnicos defectuosos, designación de empresas sin las cualidades técnicas necesarias, cartas fianzas falsas o adulteradas, proyectos sobrevalorados o con montos adicionales aprobados sin el debido sustento técnico; ausencia de supervisores, inspectores, residentes de obras. Los diferentes entes y niveles de fiscalización, supervisión y control, deberán revisar sus protocolos para superar estos vicios, tan conocidos como repetidos.

Definitivamente la ARCC ha fallado en lo central: priorizar proyectos que sean realmente de prevención frente a los escenarios climáticos que, sabemos, se van a repetir más temprano que tarde. Hoy se sabe que se gastaron 6,341 millones de soles para la ejecución de proyectos, lo que significa el 60.99% de los recursos asignados, mientras que se invirtieron 4,055 millones de soles en gastos corrientes que incluyen la contratación de personal y compra de bienes. El malgasto ha sido evidenciado por la Contraloría General de la República y otros entes. Hoy, la ARCC va rumbo a su desaparición y como si la lección no hubiera sido aprendida, se propone una Autoridad Nacional de Infraestructura a través de un gobierno nacional, con plazo corto y definido. Si el centralismo ha fracasado en la reconstrucción, sostenemos que hoy la responsabilidad debe recaer en los gobiernos regionales y locales.

El expediente Piura

En el caso de Piura el retraso es más que evidente. Hacia el 2017 la institucionalidad regional formuló una propuesta integral de reducción de vulnerabilidades frente a inundaciones y escasez hídrica para la cuenca Chira-Piura, que abarcaba componentes desde el páramo al mar: forestación, reforestación y conservación de suelos; control de crecidas y protección de cauces; drenaje pluvial en zonas urbanas; y hasta un componente institucional: constituir una unidad operativa regional a modo de Autoridad Autónoma para el manejo de la cuenca.

Estos componentes eran la base para proponer un Plan Integral para el Manejo de la Cuenca y para el Drenaje Pluvial, así como para avanzar a la fase de formulación de perfiles y proyectos de inversión para buscar recursos presupuestales, procediendo a la ejecución en los plazos más cortos. Lamentablemente, hacia el 2020 el Gobierno Regional de Piura abdicó de su responsabilidad institucional y entregó a la ARCC la elaboración de dicho Plan. Los resultados finales son estudios básicos de carácter general, por revisar en su eficacia práctica y que requieren la necesaria complementación en materia específica de preinversión.

Los pronósticos inciertos sobre el Fenómeno El Niño y sus variantes, anuncian su repetición a corto plazo, por lo que se deben llevar a cabo actividades y ejecutar proyectos de inversión para ayer, hoy, mañana y pasado. La nueva gestión del Gobierno Regional y las de los gobiernos locales deberán asumir su responsabilidad con coraje para acelerar las obras en la cuenca que habitan, creando una Autoridad Autónoma de Cuenca. Ya no cabe seguir esperando resultados de un centralismo incapaz de atender las sufridas demandas locales, agravado hoy en el contexto de un gobierno nacional transitorio. La sociedad civil organizada de Piura tiene también un importante rol en acompañar a sus autoridades para lograr la seguridad y tranquilidad definitivas de sus pueblos.