Arequipa fue el primer departamento en decidir vacunar contra la COVID-19 a población joven alejada de su capital, al ampliar la vacunación a los distritos rurales de La Unión, Castilla, Condesuyos, Caylloma y Caravelí, para población entre 18 y 49 años. Tras el anuncio del cambio de prioridad en la vacunación, las redes estallaron en críticas contra el Gerente Regional de Salud y sobre todo contra el gobernador regional, acusado de utilizar políticamente la vacunación y de “incapaz” por no atender primero a la capital,¹ especialmente por la alarma que generan las nuevas variantes del virus entre la población.

La decisión de vacunar en las provincias no fue arbitraria. Giovanna Valdivia, Coordinadora de Inmunizaciones de la Gerencia Regional de Salud, precisó que las decisiones se toman en un comité que sigue las disposiciones del Ministerio de Salud y actúa de acuerdo a criterios técnicos. “Nosotros lo hicimos para optimizar el trabajo. Si voy a una población dispersa y voy a vacunar a un pequeño grupo porque las poblaciones son pequeñas, el esfuerzo es mayor porque tengo que regresar y movilizar logística y recursos humanos (…) ya tuvimos la experiencia, de ir a vacunar a los de 80 años y encontrábamos solo dos personas”. Las poblaciones rurales están en sexto lugar de prioridad. Valdivia aclara que la modificación del orden geográfico y grupo de edad se puede solicitar con sustento. Otro criterio para la decisión fue la disponibilidad de vacunas. La funcionaria explica que la cantidad requerida para esas poblaciones no es grande, por lo que era mejor abordar ya al grupo de 18 a 49 años en esas zonas.

Con la vacunación en marcha a partir del 20 de julio, ocurrieron dos fenómenos: la negativa de los pobladores locales a inyectarse con Sinopharm por la mala información sobre su efectividad que hicieron medios capitalinos y la movilización de foráneos para vacunarse y adelantarse al cronograma de inmunización. Según datos del último censo, 113 789 personas habitan en el medio rural de las ocho provincias de Arequipa, siendo Caylloma donde se concentra casi un tercio del total. Es la tierra del gobernador, donde fue usual escuchar quejas por el uso de “la vacuna china”. Valdivia recuerda la ventaja de Sinopharm en relación a Pfizer: facilidad en el manejo de la cadena de frío. La funcionaria comenta que la reticencia inicial fue cambiando al reforzar la comunicación para despejar dudas, en un trabajo articulado entre autoridades locales, centros de salud y agentes comunitarios de salud.

Castilla es la segunda provincia con mayor población rural en la región (15,075 según el censo 2017), aunque su población urbana la supera (18 554 habitantes). Este fue otro de los lugares donde los jóvenes capitalinos acudieron a vacunarse. Así lo hizo Julia (31) quien acudió junto a su esposo (34) y las primas veinteañeras de éste. “Mi esposo se prestó un recibo de servicios y fuimos en mi carro; nos vacunaron en un estadio. Habían 32 autos, por lo que esperamos dos horas y media”, relató. La licenciada Valdivia explica que la distribución de la vacuna se hace de acuerdo a los padrones del Registro Nacional de Identidad y estado Civil - RENIEC y que las movilizaciones del ámbito urbano al rural no afectaron al número de vacunas asignadas; reconoce empero que la situación escapa de control y que el único requisito que puede imponer la autoridad es demostrar residencia en la localidad. Así como hay arequipeños citadinos y capitalinos y personas de otras regiones que viajaron a vacunarse a zonas rurales dentro de la región, también hay residentes que se trasladaron a Tacna o Lima, donde la vacunación de los grupos de edad joven avanzaba más.

De acuerdo a la Coordinadora Regional de Inmunizaciones, para agosto se vacunó al 90% de la población del grupo de 18 a 49 en las provincias de Arequipa fuera de la capital regional. Recientemente, el MINSA ha proyectado escenarios posibles de la tercera ola ². En uno conservador la región tendría 73 208 casos probables, 2 349 serían hospitalizados, 152 personas requerirían de una sala UCI y 1649 fallecerían. En el peor, tendríamos 109812 casos probables, 2587 serían hospitalizados, 162 personas requerirían una sala UCI y 2 474 fallecerían. Si llega la tercera ola, en cualquiera de sus escenarios, veremos si reorientar las prioridades de inmunización en cuanto a ámbitos y poblaciones fue la decisión más acertada para contener una nueva arremetida del virus.