1
Libros

Reseña: Deflación ¿creación destructiva? Neurosis por dinero y futuro nivel de vida de la gente, de Alberto Graña

Reseña: Deflación ¿creación destructiva? Neurosis por dinero y futuro nivel de vida de la gente, de Alberto Graña

En 2015, Ben Bernanke, ex presidente del Banco de la Reserva Federal o FED (2006-2014), en el discurso de presentación de su libro El coraje de actuar, admitió que la no intervención masiva de la FED, el Tesoro, y demás instituciones para estatales, en 2007-08 hubiese significado "precipitar la economía norteamericana y mundial en un escenario surrealista de incalculables consecuencias".

Viniendo de un académico e investigador (Stanford 1974, Harvard 1975, MIT 1979) de la Gran Depresión, con tesis doctoral sobre el tema, aquellas declaraciones bien podrían ser el epitafio escrito en el mausoleo de los mitos neoclásicos destruidos por la crisis, tan en boga por estos lares. Pero no fue necesario que un disidente izquierdista demoliera la inconsistencia teórica de las políticas monetarias superexpansivas usadas desde 2007-08, ya que estas en sí mismas significan una ruptura con la ortodoxia monetarista. Por ello, se auto reconocen como "heterodoxas".

La "prontitud" mostrada por los mayores banqueros centrales para asumir el rol de banquero-bombero de última instancia, en los peores momentos de quiebras sistémicas, para luego -después del 2009- pasar a inyectar cantidades siderales de dinero fiduciario a la gran banca muy grande para quebrar, alentó inversiones de alto riesgo moral a la sociedad.

Graña sostiene que aquella masa de liquidez ociosa empozada en el sistema financiero y la banca central de los mayores 12 países occidentales no ha logrado convertir y hacer efectivo un aumento equivalente de los créditos para financiar la inversión y producción de pequeñas y medianas empresas, ni, de forma más general, para lograr reactivar "vigorosamente" sus economías. Tampoco ha servido para remediar los pasivos ambientales y actualizar la infraestructura, los bienes públicos y el patrimonio extinguido de los ciudadanos por la crisis financiera.

El autor muestra que en EEUU, Europa, Japón y Alemania y doce países europeos, las tasas anuales (a/a) de crecimiento productivo, productividad, ingresos reales por trabajador, creación de empleo privado e inversión bruta y equipos, obtenidas en el período neoliberal (1990 a 2000), comparada al periodo 2000 - 2007se redujeron en promedio a la mitad - con alta varianza entre países. Es decir, hablamos de una notoria desaceleración en todas las variables macro económicas indicadas antes, haciendo la salvedad de que son cifras previas a la Gran Recesión de 2007-08.

Si bien el autor sitúa y acota su observación en el período post 2007-08, a manera de ilustración, ensaya un ejercicio de prospectiva del cambio de los ingresos reales, por trabajador, hacia el 2031, (realizado en 2008 por Angus Madisson OECD). El resultado del ensayo muestra que, hipotéticamente, si la globalización y financiarización sigue sobre los mismos carriles neoliberales y, si antes no ocurre otra crisis sistémica de proporciones inéditas, la tendencia sugiere también un de-crecimiento del ingreso real hacia el año 2031 en relación al período pre-crisis 2007-08.

Solo para ubicar en perspectiva, la muy publicitada reactivación de EEUU de 2.3% en 2017, resulta que es solo la mitad de las tasas anuales observadas en las décadas precedentes de 1960-69 (de 4.2%) o, de 1990-2000 (de 3.3%).

Desde una óptica sectorial, la deflación se presenta de muy diversas formas. No es lo mismo la deflación en los precios de comerciantes minoristas que la deflación en el sector informático o el automotor, pero algo tienen en común: el notable aumento del grado de monopolio vía procesos de fusiones y adquisiciones de empresas en casi todos los sectores o industrias. Ante aquel telón de fondo global, el autor sugiere el funcionamiento de un sistema económico y financiero que permite y alienta la apropiación y concentración de la riqueza y, regular y crecientemente, la socialización de las deudas privadas.

Por último, destaca el agotamiento de las políticas monetarias y fiscales (ortodoxas o heterodoxas) para controlar las oscilaciones del ciclo financiero, combatir el riesgo deflacionario y su impacto negativo en el ciclo económico descendente, abierto en 1971.

Esta hipótesis de cambio de reglas de juego y de políticas propias de una globalización inconclusa sobre bases neoliberales, al neo-proteccionismo nacionalista exacerbado de los últimos años, explicaría en parte la paulatina prescindencia de instrumentos de mercado y más bien, el aumento de intervenciones directas del Estado para controlar físicamente, por ejemplo, la avalancha migratoria mundial, con la proliferación de muros y militarización de fronteras o, mediante la imposición unilateral de tarifas arancelarias y cuotas de importación y exportación, o para reactivar sus economías nacionales.

Desde la perspectiva de Graña, este punto de inflexión y transición hacia un nuevo ciclo de acumulación expansivo de largo plazo requiere de reglas de juego o acuerdos internacionales globales -tipo Bretton Woods- pero desafortunadamente, toca ver cómo se soluciona la pugna global entre EEUU y el resto de países que retan su hegemonía, como la China o Rusia, con el keynesiano instrumento de la guerra.