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Libros

Habitar el gerundio, liquidar el presente

De “Sueños de un Bonzo” a “Ejercicios contra el Alzheimer”, dos reediciones de Virginia Benavides.

Habitar el gerundio, liquidar el presente
Víctor Mendivil | La Plebe

madrépora, sello dirigido por Rocío Fuentes y Carlos Estela, ha iniciado su colección de poesía La Trenza con la reedición de Ejercicios contra el Alzheimer, sexto título de la escritora Virginia Benavides (Lima, 1976). Es una decisión de gran significado para quienes seguimos el trabajo de Benavides, una autora que en la proliferación de proyectos y versiones ha encontrado una vía para resistirse a la forma libro, desorientando a las y los lectores y quizá privándonos sin querer de una visión de conjunto de su importante obra.

Aunque ya se había adelantado una parte de sus componentes en la plaquette Des-cierto (2018), Ejercicios contra el Alzheimer tuvo una primera edición chilena en 2019 (editorial Andesground), y el viaje que inició en la Feria de Valparaíso a mediados de diciembre de ese año, se detuvo, como todo lo demás, por la irrupción del virus. Empezó así un desfase entre los auspiciosos comentarios de colegas poetas y críticos que reseñaron el libro y la posibilidad concreta de adquirir un ejemplar. Esta brecha se cierra con la versión corregida y aumentada que publica madrépora.

Ejercicios... profundiza búsquedas y refuerza hallazgos altos de la escritura de Benavides, posteriores a su ya clásico Estrabismo (2003) y pertenecientes a un ciclo de madurez que se abre con la aparición de Sueños de un bonzo (2013), objeto textual/conceptual que apela a acciones de destrucción y extinción como medios de relacionamiento entre el productor y el consumidor del material poético -se nos instruye para quemar el libro, contenido en una caja de fósforos, al concluir la lectura-. En una feliz coincidencia, la editorial Estarcido ha lanzado a fines de 2021 una nueva serie de solo cien ejemplares de este objeto, una caja con raspador y un cerillo dentro, labor de la editora artesana Sandra Suazo, con arte de Fernando Laguna recreando la llama del clásico empaque de fósforos.

Sueños de un bonzo se adentra ya en el tópico de la memoria, optando por la inmersión dolorosa o doliente en paisajes marcados por la ruina, la avería o el fragmento y que, solo existen como lugar, cito, “en la vida imaginaria de un amnésico”. No se entienda que esta vida imaginaria es una vida fantasiosa o ficcional. En Ejercicios..., esta vida imaginaria del amnésico se presenta en apariencia como una contradictoria capacidad de representación mental de sucesos o eventos (la imaginación) desde la incapacidad de evocarlos (amnesia), ahora por el camino morboso: la enfermedad, o quizá con más precisión, el conjunto de síntomas de un trastorno de la mente. Si en Sueños de un bonzo la mente se expresa en el registro onírico y la acción se asocia a la ritualidad, Ejercicios... nos presenta el producto del deterioro de la capacidad de la mente para imaginar y por extensión, del deterioro de la lengua para formar sentido. La ritualidad encuentra en Sueños del bonzo un callejón sin salida en la inmolación del cuerpo y los sentidos, el acto bonzo. Si aceptamos que la ritualidad puede ser definida como una repetición que actualiza vínculos, podemos decir que la repetición vuelve en Ejercicios contra el Alzheimer, pero no busca afinar una habilidad o aprender algo, sino preservar o no perder la capacidad de recordar y la capacidad de tener memoria, es decir tener certeza de un discurrir del tiempo y de la inscripción de nuestro ser en ese discurrir.

9-249-1 Foto: Víctor Mendívil | La Plebe

Hay un verso en Sueños del bonzo que en algún sentido proyecta Ejercicios..., una especie de mensaje de Virginia a Virginia: "Ya sabes cuál es tu magia y sabes cuál es la trepanación que harás para verlo todo de nuevo en este mundo. Trepanar recuerdos e inyectar nuevo ser a tu ser ya muerto". Digo que lo proyecta y no que lo define, porque la poeta no opta por esta violencia quirúrgica como decir, sino por cierta parsimonia terapéutica en la forma de pacientes indicaciones que abren cada tanto a los textos a modo de prosas poéticas que componen el libro.

Estos textos proponen a quienes los lean, habitar el gerundio, el presente infinito. Son textos que se resisten a permanecer y se expresan en paisaje. Si el Alzheimer es sugerido como una memoria que se desvanece con el tiempo, este libro no ve en ese desvanecimiento una falla, sino una posibilidad de retorno y recreación a los mundos de la adquisición de la capacidad de razonar, a los mundos de la infancia, a la vivencia de la maternidad y a su exaltada sensorialidad.

En el decir del libro se teje el entramado cuerpo-mente: el cuerpo se define en acciones y la mente en una deriva asociativa que podemos identificar con la divagación, pero también con la confusión, otro síntoma, cito: “Lo que se ausenta se pierde en decir que se pierde” (Barullo en la lengua que omite, refffffrena…) o “No se puede retener el primer sentido” (Las extensiones de luz desmoronándose en el ojo de la mirada interna).

Dicha confusión es, en la superficie, perceptiva, pero en un rango más profundo supone una ruptura del tiempo, por ejemplo cuando leemos versos en los que se va haciendo imposible distinguir quién es madre, quién es hija y a quién pertenecen los recuerdos a los que se apela. Puede parecer muy claro un texto en el que leemos “De niña la acompañaba a la plantación a recoger frutos caídos. Si los dejamos ahi? se van a pudrir, deci?a mi madre con su sonrisa”. Es claramente un recuerdo. Pero éste se enturbia al estar antecedido por la instrucción del texto Ejercicio Nº 4, donde leemos: “Si no sabes quién es la que te dice papá o mamá. Solo sé quién te hubiera gustado ser para esa hija que recién conoces”.

Insisto: los espacios que se figuran en estos textos rompen la continuidad y nos proponen habitar el gerundio, el presente, la persistencia. Y lo hacen no solo en sus tematizaciones sino también en el aspecto formal. Se trata, como dice uno de los versos, de “un nuevo lenguaje chorreando” (Busco una manera de no estar), de un “trazo de serpiente” una escritura reptante y venenosa que se define por las “ondulaciones del ser y las espirales hacia renacer”.

Benavides, Virginia. "Ejercicios contra el Alzheimer" (madrepora 2021) y "Sueños de un bonzo" (Editorial Estarcido, 2021).