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Internacional

El conflicto en Ucrania como parte del nuevo orden mundial

El conflicto en Ucrania como parte del nuevo orden mundial
El gasoducto Nord Stream 2 recorre más de mil kilómetros bajo el Báltico, desde Rusia hasta la costa báltica de Alemania. Foto: dpa

Al final de 2013, la Unión Europea (UE) propuso a varios países del Este de Europa, Ucrania entre ellos, firmar el Acuerdo de Asociación Oriental (AAO), evento que debía tener lugar el 28-29 de noviembre de 2013 en Vilnius, capital de Lituania. El gobierno ucraniano para firmar el acuerdo AAO con la UE solicitó a ésta eliminar el régimen de visas, otorgar más crédito y la modernización del sistema de transporte de gas. Bruselas no concedió estas peticiones debido a que solamente necesitaba mercados complementarios para la realización de sus mercancías, para resolver el problema de la gran desocupación que experimenta y relocalizar población gitana que la UE no desea en sus países. Además, existe una convergencia de intereses entre la UE y Estados Unidos, ya que de firmar el acuerdo de asociación oriental, Ucrania sería un gran mercado de 47 millones de habitantes para la UE y Estados Unidos podría acercar más su armamento a Rusia, ya que una de las cláusulas del tratado planteaba el ingreso de armamento occidental al territorio ucraniano, construyendo aún más cerca el cordón sanitario alrededor de Rusia. En este marco, Ucrania estaría destinada a ser un mercado para tecnologías peligrosas como la extracción del gas lutitas por medio de la fragmentación hidráulica y un campo de experimentación social por medio de la introducción de las recetas ortodoxas de libre mercado sin coberturas sociales.

Lo más importante para los estadounidenses y para un amplio círculo de influyentes estructuras, es impedir la creación de un espacio económico unificado de Rusia, donde podría ingresar Ucrania y separarla de ésta. Este es el principal sentido de la AAO para Ucrania porque nada positivo trajo para este país. Yanukovich se negó a firmar y ante esto, Occidente preparó en 2014 un golpe de Estado blando, el segundo, después de la Revolución naranja de 2004.

En esta concepción geopolítica se inscriben los acontecimientos que hoy atestiguamos en Ucrania, donde mediante un golpe de estado en 2014, de manera muy violenta y aliándose con los nacionalistas ucranianos que poseen una ideología igual a la del nazismo alemán de Hitler, Occidente colocó en el poder a un alfil en la figura de Arseni Yatseniuk, que violentó la constitucionalidad del poder presidencial en Ucrania, ya que Víctor Yanukóvich fue elegido legalmente. Esta acción fue un acto desesperado ante la declinación del presidente Yanukovich de firmar el Acuerdo de Asociación Oriental en noviembre de 2013.

Debido a esto, Ucrania ha atravesado un difícil periodo en su reciente historia y ya se mencionaba la posibilidad de que estallara en su territorio una guerra civil después del derrocamiento de Yanukóvich en 2014. La situación geopolítica de Ucrania aún no está definida, pero su sociedad enfrenta una fuerte división entre la parte oeste y la parte este del país, donde el interés de las grandes potencias, la Unión Europea y Estados Unidos por atraerla a su esfera de influencia debido a su posición geopolítica clave, ha sido el catalizador. En este conflicto, el gobierno ruso decidió, después de un referéndum entre la población de Crimea del 17 de mayo de 2014, reintegrar la península que perteneció a Rusia hasta 1954, cuando Nikita Kruschev, líder soviético, la dejó a cargo del gobierno de la República Socialista Soviética de Ucrania.1

Después de 1991, Rusia estuvo negociando con el gobierno de Kiev para mantener la base de la Flota Rusa del Mar Negro en Ucrania y se llegó a un acuerdo de intercambio de gas barato a cambio de su permanencia en el puerto de Sebastopol. El carácter político de las fuerzas que derrocaron a Yanukovich y la forma en que tomaron el poder, llevó al Kremlin a temer el ingreso de Ucrania a la OTAN, que pondría bases militares en la región, forzando a la flota rusa a abandonar Crimea, lo que para sus intereses militares sería indeseabletratándose de la salida de Rusia a aguas cálidas del Mar Negro y del Mar Mediterráneo y un punto estratégico para la defensa militar de Rusia en esta región.

Quedaba vigente el problema de Ucrania del Este. En esta zona viven ucranianos de habla rusa y ante el hostigamiento de los batallones nacionalistas, se autoproclamaron como repúblicas populares e independientes de Donetsk y Lugansk. El Consejo para la Cooperación y Seguridad de Europa propuso al gobierno ruso un formato para dirimir las diferencias que se llamó Formato de Normandía , Se realizó una primera reunión en Minsk, capital de Bielorrusia, en 2014.

Los acuerdos de Minsk

Los puntos que acordaron Putin, Merkel y Hollande en este formato en ese periodo fueron los siguientes:(1)Implementación de medidas de los países para contribuir a una rápida salida del conflicto en el este de Ucrania; (2) Evaluar la futura constitución de una unidad de integridad territorial; (3) Avanzar en la firma de un acuerdo de paz que garantice el fin del conflicto, así como mantener las conversaciones a fin de terminar con la disputa territorial en el país. 2

El mandatario francés y la canciller alemana recalcaron a Poroshenko durante su encuentro, que lograr un nuevo acuerdo era vital para terminar el conflicto. El presidente francés Hollande abogaba por esa iniciativa, aun cuando respaldó los disturbios que produjeron el golpe de Estado contra el presidente Viktor Yanukovich en febrero de 2014.

Sin embargo, los Acuerdos de Minsk nunca se cumplieron por parte de Ucrania y a principios de 2022, el actual presidente de Ucrania, Volodomyr Zelensky, declaró que no los cumplirían, porque sería el fin de Ucrania como país, lo que canceló la vía diplomática tan esperada por Rusia durante ocho años.

En cuanto a Occidente, desde el punto de vista geopolítico, para la estrategia estadounidense y la de la Unión Europea (UE), la separación de Ucrania con respecto a Rusia es una de sus prioridades y una estrategia alentada que lleva 28 años. La misma ha consistido en impedir que Rusia tenga nuevamente influencia en Ucrania por medio de varias tácticas, desde el financiamiento de grupos de oposición, y la creación de redes sociales pro estadounidenses hasta el impulso de la revolución naranja en 2004, cuando Víctor Yushenko, un presidente pro estadounidense ascendió al poder.

Sin embargo, sus cuatro años de presidencia (2004-2008) no mejoraron la situación económica y social del país, pero empeoraron las relaciones de Ucrania con Rusia, lo que se tradujo en una alza del precio del gas por parte de Moscú hacia Kiev. Por lo demás, la ampliación de la OTAN desde los años noventa, se llevó a cabo ignorando prácticamente el interés ruso, lo que se ha reflejado negativamente en la situación de Rusia en Europa y a nivel global.

Ante esta estrategia de Occidente, uno de los objetivos para el reposicionamiento de Rusia en Europa, es la recuperación de su influencia en Ucrania y Bielorrusia. La herramienta ha sido la carta energética. Así, desde el inicio, el enfrentamiento por el gas natural durante el gobierno del prooccidental Víctor Yushenko, fue por mucho más que por algunos miles de millones de dólares en ventas anuales de energéticos. Esta disputa ha sido sobre la orientación de Ucrania al Oeste o al Este, y por lo tanto, sobre la capacidad de Rusia de recomponer su posición geopolítica.

La revolución naranja de Ucrania fue un evento trascendental en la conciencia rusa, un desarrollo contundente que ocupa el segundo lugar, solamente después de la desintegración de la Unión Soviética, ya que la revolución naranja podía marcar el día en que Rusia se degradara a un estado irreversible desde el punto de vista geopolítico.

Ucrania es vista como un elemento central para la defensa de largo plazo y la supervivencia del Estado ruso y esto no se debe a factores étnicos, aunque Ucrania tiene la más grande comunidad rusa fuera de la Federación Rusa. Aún antes del periodo soviético, Ucrania estaba integrada al corazón industrial y agrícola de Rusia. Hoy no sólo representa el punto de tránsito para el gas natural ruso a Europa, sino que es el punto de conexión de la infraestructura rusa entre el Oeste y el Este, en lo que respecta a ductos, caminos, líneas férreas y carreteras.

A su vez, el reposicionamiento de Rusia como una potencia energética y militar y el ascenso de China económica y tecnológicamente, prendió las alarmas en la Casa Blanca. En el caso de Rusia, la crisis de Ucrania tiene varios niveles de significado. Pero en el plano geopolítico se trata de si Europa seguirá desarrollando lazos económicos y políticos más profundos con Rusia de los que tiene hasta la fecha o si Estados Unidos tomará medidas más agresivas para reducir la velocidad, dar marcha atrás, y potencialmente romper, la creciente relación económica de Europa y Rusia.

Un punto clave de la visión geopolítica de Estados Unidos es separar a Alemania de Rusia, los dos grandes colosos europeos, porque Estados Unidos tiene grandes intereses económicos y de seguridad en Europa que vieron el surgimiento de la crisis general en Ucrania en 2013 como una oportunidad para asegurar aún más la hegemonía económica mundial de Estados Unidos mediante la prevención de lo que se percibe como una peligrosa desviación de Europa hacia una mayor integración económica con una Rusia que resurge.

Es conocida la creciente dependencia de Europa del gas y de energía de Rusia. En la última década, creció tanto que al menos una tercera parte de su gas proviene de Rusia. Alemania consume hasta 40% del gas que importa de Rusia. Con el conflicto en Ucrania en 2014, el derrocamiento del presidente Yanukovich en ese país y la incipiente guerra civil entre la Ucrania nacionalista y el sureste con población étnicamente rusa, el gobierno del presidente Vladimir Putin realizó un referéndum entre la población de la península de Crimea que resultó a favor de su reincorporación al territorio de Rusia. El gobierno ruso temía que en Crimea, una vez derrocado el presidente Víctor Yanukovich, se aceptara una base militar de la Organización del Atlántico Norte (OTAN). Por esta acción, Estados Unidos y la UE sancionaron a Rusia desde 2014.

Así, hay propuestas de Estados Unidos para proveer a Europa de gas natural licuado y éste es otro indicador de su intento por apartar a Europa fuera de la fuente de abastecimiento ruso.

Por otra parte, la abrumadora aprobación del proyecto de ley de sanciones contra Rusia a mediados de 2017, con el cual el Congreso de Estados Unidos obligó a Trump a bloquear el comercio ruso con Europa, sacudió al Kremlin en ese momento. El objetivo de estas sanciones es vender el gas licuado estadounidense a Europa, pero el gas ruso es más barato y está más cerca.

Desde 2015, Alemania y Rusia planearon construir un gasoducto paralelo, el Nord Stram 2 y coincidentemente, el conflicto en el Donbas ucraniano volvíó a resurgir cuando este gasoducto ya está terminado y se hallaba en revisión por una comisión alemana para aprobar su puesta en marcha. El 22 de febrero de 2022, el canciller alemán declaró la suspensión de la revisión, después de oponerse a la acción de Rusia de reconocer a las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk, ¿coincidencia u objetivo cumplido por parte de los intereses comerciales de Estados Unidos en Europa?

Footnotes

  1. La península de Crimea fue reabsorbida por Rusia debido a que el Memorándum de Budapest de 1994, firmado por Rusia, Estados Unidos, el Reino Unido, Irlanda del Norte y Ucrania donde se afirmaba el respeto a la integridad territorial de Ucrania, a cambio de entregar sus armas nucleares del periodo soviético, pero los parlamentos de los países firmantes no lo ratificaron y Rusia consideró como violación de este acuerdo la intromisión de funcionarios estadounidenses, de Alemania y de la Unión Europea en el Euromaidan, en suelo ucraniano que tuvieron una directa injerencia en el derrocamiento del presidente legalmente elegido Víctor Yanukovich.

  2. Hechos a considerar en el contexto de esta negociación: La propuesta de los mandatarios de Alemania y Francia tomaba en consideración la situación de Donbás, en donde se auto proclamaron las repúblicas separatistas. El gobierno alemán desmintió que durante la reunión se otorgará a los independentistas la autonomía en un territorio mayor que el acordado en septiembre de 2014 en Minsk y que continuaban guiándose por los acuerdos anteriores (información que fue publicada por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung). Rusia esperaba que Ucrania reconociera los territorios que los independentistas lograron conquistar, pero que al momento de la firma de los acuerdos de Minsk estaban controlados por el gobierno de Kiev. Sin embargo, el presidente ucraniano Poroshenko, no reconoció los territorios que actualmente controlan los independentistas. Medios franceses señalaban que la reunión entre Merkel, Hollande y Putin tenía como propósito evitar que Estados Unidos enviara más armas a Ucrania, porque esto solo avivaría el conflicto. Pese a la disposición de Hollande y Merkel de reunirse con Vladimir Putin, éstos también se reunían con Poroshenko en una clara señal de la orientación de su apoyo hacia el mandatario ucraniano. Las reuniones no solo trataban sobre el conflicto, sino también de asuntos económicos, comercio y energía.

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