8
Doscientos años después

El Presidente Gonzalo: un tigre de papel

El Presidente Gonzalo: un tigre de papel
El Nacional. 20/09/1992. Colección APRODEH. Centro de documentación e investigación LUM. En: lum.cultura.pe/cdi/foto/pobre-y-triste-gonzalo

En apariencia es muy poderoso pero en realidad no es nada a lo que temer; es un tigre de papel (…) incapaz de resistirse al viento y a la lluvia (Mao Zedong en una entrevista de 1956)

Abimael Guzmán murió un día antes de cumplir 29 años de prisión. El llamado Presidente Gonzalo había sido capturado sin disparar un solo tiro el 12 de setiembre de 1992 por un equipo de policías especializados en labores de inteligencia y su muerte ocurrió el 11 de setiembre de 2021.

El 24 de setiembre de 1992, doce días después de su captura, encerrado en una jaula, como si fuese una fiera peligrosa, y vestido con un traje a rayas negro como si fuera parte de la banda de los “chicos malos” del tío Rico Mc Pato, Guzmán pronunció un discurso dirigido a sus militantes y simpatizantes para decirles enérgicamente que la lucha continuaba: “Nosotros estamos aquí en estas circunstancias, unos piensan que es una gran derrota, ¡sueñan! les decimos sigan soñando. Es simplemente un recodo, nada más, ¡un recodo en el camino! El camino es largo y a ese llegaremos y ¡triunfaremos!, ustedes lo verán. Ustedes lo verán”. 1

Para Guzmán su detención no solo era un “accidente de trabajo”, un sacrificio que exige toda revolución, sino también un hecho que confirmaba que la lucha, más allá que fuera larga, debía continuar; que nada había cambiado. Por eso, en otra parte de ese mismo discurso, diría: “Corresponde formar el Frente Popular de Liberación, corresponde formar y desarrollar a partir del Ejército Guerrillero Popular, un Ejército Popular de Liberación ¡eso corresponde! ¡y eso haremos nosotros! ¡Y eso lo estamos haciendo y eso lo vamos a hacer! Uds. Serán testigos señores”.2

Esta idea de Guzmán de que la lucha armada continuaba es ratificada no solo entusiastamente sino también, diríamos, religiosamente, por el mismo Comité Central de Sendero Luminoso mediante una resolución del mes de diciembre de ese mismo año: “El Comité Central del Partido Comunista del Perú saluda fervorosamente a nuestro querido, heroico y magistral jefe, el Presidente Gonzalo, el más grande marxista-leninista-maoísta viviente, gran estratega político y militar, filósofo, maestro de comunistas, centro de la unificación partidaria, quien aplicando creadoramente el marxismo-leninismo-maoísmo a las condiciones concretas de la revolución peruana ha generado el pensamiento gonzalo, garantía de triunfo de la revolución… Hoy que nuestro querido jefe enfrenta difíciles situaciones, derivadas de un nefasto accidente de trabajo, asumimos firmemente su valiente y decidido llamamiento del 24 de setiembre, desde prisión…Nos reafirmamos en que la guerra popular, marxista-leninista-maoísta, pensamiento gonzalo, es invencible e inexorablemente conquistará la victoria…Finalmente nos reafirmamos en la inconmovible decisión de dar la vida por el Presidente Gonzalo, por el Partido y la Revolución. Nos reafirmamos en nuestra firme resolución de desarrollar la guerra popular para conquistar el poder en todo el país, aplicando fiel, tenaz y vigorosamente nuestra inmarcesible y todopoderosa ideología, marxismo-leninismo, pensamiento gonzalo”.3 Uno podría decir al leer estas líneas que a sus seguidores solo les quedaba aferrarse a una suerte de fe religiosa.

Como sabemos, nada de esto sucedió. Ni el Presidente Gonzalo ni Sendero Luminoso formaron el llamado Ejército Popular de Liberación, ni la guerra popular continuó en el país, ni el pensamiento Gonzalo fue invencible. En realidad, pasó más bien todo lo contrario y de una manera bastante rápida y sorprendente. Como recuerda Carlos Tapia: “Para febrero de 1993, Guzmán propuso canjear la "autodisolución" de sus columnas armadas por una amnistía general. Pero el SIN ya conocía la situación de derrota militar de Sendero Luminoso y que no ganaba nada negociando con los senderistas presos”.4 Este primer intento de negociación fracasado lo reconoce Elena Iparraguirre cuando afirma que “a iniciativa propia, Abimael Guzmán pidió conversaciones con las autoridades políticas a través de sus custodios, el gobierno envió un interlocutor y se realizó una Ronda de Conversaciones en pro de buscar una solución política”. 5 Iparraguirre señala además que en esas conversaciones lograron reunirse “con dirigentes, cuadros, militantes y amigos, todos prisioneros como nosotros y conducidos a la Prisión Militar Base Naval del Callao; en esas condiciones diecisiete miembros nos cohesionamos en la nueva estrategia y la nueva línea y tácticas derivadas”.

En junio el enviado del gobierno de Fujimori, Vladimiro Montesinos, le pide a Guzmán que mande una carta dirigida al propio Fujimori en cuyo contenido debía reconocer los éxitos tanto de la estrategia contraterrorista como del llamado 'Gobierno de Reconstrucción' que se formó luego del golpe del cinco de abril de 1992. La carta fue entregada en julio de 1993, “pero ¡ojo!, recién el 1 de octubre fue leída por Fujimori ante la Asamblea de la ONU”, advierte Tapia.

El 8 de octubre de 1993 los medios de comunicación dan a conocer esta segunda carta de Abimael Guzmán y la califican como la rendición del senderismo y la conquista de la paz en el país. En dicha carta Guzmán señala: “En las actuales circunstancias al partido, y principalmente a su dirección, se le presenta tomar hoy una nueva y gran decisión y, como ayer bregamos por iniciar la guerra popular, hoy, con igual firmeza y resolución, se debe luchar por un acuerdo de paz. Ésta es una decisión histórica de necesidad insoslayable, más aún, considerando que la paz ha devenido en necesidad del pueblo, la nación y la sociedad peruana en su conjunto". Al final de la carta, Guzmán insiste en "celebrar conversaciones que conduzcan a un acuerdo de paz de cuya aplicación derive concluir la guerra que desde hace trece años vive el país". 6 Para Tapia, se trató de un “operativo psicosocial” en el contexto del referéndum del 31 de octubre donde se aprobó la Constitución vigente”.

Así, solo un año después de su captura, y contrariamente a lo que pensaban muchos, Guzmán decretaba el fin de la “guerra popular”. Elena Iparraguirre incluso señaló después que: “La noche del doce de setiembre de 1992…el PCP quedó descabezado y la guerra quedó sin dirección política proletaria”.7 No es casual en ese sentido que la presentación de Iparraguirre al libro De puño y letra cuyo autor es Abimael Guzmán y la compiladora ella misma, finalice citando a Lion Feuchtwanger: “Nos ha correspondido aportar a construir la obra más no a concluirla”.

Todo indica que la imposición de este “acuerdo de paz” al interior del partido no fue tan fácil como pensaba Abimael Guzmán. Según Luis Arce Borja en su libro Memoria de una guerra en Perú 1989-2000, el propio Guzmán tuvo que disolver la dirección de Sendero Luminoso indicando que, a partir de ese momento, “Ni los cargos ni las jerarquías valen a excepción del Presidente Gonzalo y el Comité Permanente Histórico”. Según Arce Borja “el Comité Permanente Histórico era una instancia del PCP que funcionaba al mismo nivel que el Comité Central. Convenientemente, sus integrantes al momento de la firma de las cartas de la paz en 1993, no eran otros que el mismo Guzmán y su esposa”. 8

Tras estos hechos, Sendero Luminoso comenzó su indefectible proceso de división y fragmentación. Un sector de sus militantes pasó a ser, como dice Mao “una guerrilla errante” o simples “guachimanes” de los cocaleros y, los más fieles, por llamarlos de algún modo, fundaron en 2009 el Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (MOVADEF) para luchar por la liberación de sus líderes. Era el fin, o mejor dicho, el fracaso del senderismo.

En el mencionado libro de Luis Arce Borja se reseña un poema de Elena Iparraguirre (o camarada Miriam) titulado: “Viaje hacia el mar” 9. Se trata, según Arce Borja, de un viaje imaginario de un camión (léase partido) que partiendo de la cordillera de los andes va rumbo al mar por un camino “escarpado, sinuoso y el frío de la tormenta los acechaba”. Este camión, sin embargo, tenía una inusual característica: “solo el padre sabio y tenaz y decidido” lo podía conducir. En ese viaje cuando se estaba cerca del mar “la neblina espesó y el denso silencio de la puna, una indeseada presencia los detuvo: la patrulla de caminos por negligencia de uno de los hijos, faltaba justamente el documento que la guardia demandaba. El padre fue conducido a prisión”. Lo que viene después es la desobediencia al padre creador: los más “jóvenes” toman el timón del camión y lo conducen a la “deriva”. El final muestra un camión sin rumbo, sin conductor y sin padre que se estrella “contra las rocas y cae al abismo”.

Es innegable el parecido de este texto con un pasaje bíblico. Sendero Luminoso derivó (aunque quizá lo fuera desde un inicio) en una suerte de secta religiosa fundamentalista e integrista, y Abimael Guzmán en su profeta. Un fundamentalismo que, como dice Karen Armstrong, “en contra de lo que se suele suponer, no es una ideología deliberadamente arcaizante, ni tampoco un regreso retrógrado al pasado. Estas formas de integrismo son en esencia movimientos modernos que no podrían haber arraigado en otra época que no fuera la nuestra”. 10

Se dice que días antes de la muerte de Guzmán le preguntaron si quería ser tratado de sus males en un hospital. La negativa que dio fue el anuncio que ya se quería morir. Me imagino que los años de prisión, el silencio, el aislamiento y la conciencia de su derrota y, espero, de sus culpas por las muertes que dejó en ese “viaje hacia el mar”, hicieron que Guzmán terminara deseando la muerte, esa que él mismo había sembrado por tantos años en el país. Y así fue. A los pocos días murió y luego de un debate público sobre qué hacer con su cadáver éste fue incinerado. Sendero Luminoso había terminado de morir y Abimael Guzmán finalmente se descubría como un “tigre de papel” ya que su poder, como dice Mao es superficial, “pero propenso a la sobreexcitación, que lleva el desmoronamiento repentino”. Guzmán ha muerto y también el senderismo por más que una derecha torpe, utilitaria y macartista así como una izquierda poca atenta a su propia historia, lo quieran negar.

Footnotes

  1. “Discurso del Presidente Gonzalo el 24 el 24 de setiembre de 1992, en la situación histórica de su detención” en Tomo II Guerra Popular en el Perú- Recopilación y edición: Luis Arce Borja, p. 294

  2. Ibid. p. 295

  3. Resolución del Comité Central del Partido Comunista del Perú, diciembre de 1992. p. 300

  4. Tapia, Carlos (1 de octubre de 2016) “El Acuerdo de Paz con Sendero Luminoso” Perú21.

  5. Guzmán Reinoso, Abimael: De Puño y Letra. Compiladora: Elena Yparrigarre Revoredo. Edit. Manoalzada, Lima, setiembre 2009. p.15

  6. “El Jefe de Sendero Luminoso admite su derrota y pide la paz al presidente de Perú”. Diario El País, 10 de octubre de 1993.

  7. Ibid. p.14

  8. Arce, Luis. (2009) Memoria de una guerra en Perú 1989-2000. p 367.

  9. De acuerdo a Arce Borja, el texto de Iparraguirre fue publicado en la página web del Movimiento Popular de Alemania en febrero de 1995.

  10. Armstrong, Karen: Los orígenes del fundamentalismo en el judaísmo, el cristianismo y el islam. Tusquet Editores. España 2000. P. 14.

siguiente artículo