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Entrevista

Gastón Garatea: “Creo con miedo que puede resurgir una violencia como en el tiempo de Sendero si no se cambian las estructuras de pobreza y desigualdad”

Una entrevista a Gastón Garatea

Gastón Garatea: “Creo con miedo que puede resurgir una violencia como en el tiempo de Sendero si no se cambian las estructuras de pobreza y desigualdad”
Imagen: PUCP

El informe de la Comisión de la Verdad (CVR) hizo una serie de recomendaciones sobre justicia y reparación para las víctimas de la guerra interna y también de cambios a las condiciones estructurales de pobreza, desigualdad y exclusión que alimentaron esa violencia. ¿A 17 años de ese informe, cómo ves la respuesta a esas recomendaciones?

El informe de la Comisión de la Verdad no ha tenido el efecto que ha debido de tener. El país no ha reaccionado bien al informe. Se han cumplido algunas cosas, pero en general no se ha querido mirar el informe. Hay gente que ha condenado el informe de la CVR y no lo ha leído. Eso es una falta de honestidad terrible. Era un informe cuestionador. Decía que los motivos que tuvo Sendero para intervenir en esa forma en cierto sentido eran válidos, en cuanto existía el problema: la diferencia de clases, la pobreza terrible, el enriquecimiento ilícito de tanta gente. Eso era verdad, lo que no era verdad es que lo que hizo Sendero era la solución. Sendero quería liquidar al enemigo para ponerse ellos, eso fue espantoso. El entrar en esa forma tan poco humana como lo hizo Sendero fue una bestialidad.

¿Esas causas estructurales que fueron el marco de la violencia desatada por Sendero y que la CVR pidió enfrentar y cambiar, se mantienen?

Sí, todavía existen. Las recomendaciones de la CVR para enfrentar y cambiar esos problemas estructurales de desigualdad, pobreza, no han sido tomadas en cuenta. No quieren ese informe porque éste cuestiona a la sociedad en su conjunto cuando se refiere a esos problemas estructurales. La CVR dice que todos hemos sido culpables por mantener un régimen tan injusto, tan desigual. En ese sentido, todos hemos sido culpables de lo ocurrido, claro que en mayor y menor grado: yo me siento culpable, pero no me siento culpable como Abimael. Eso no se quiere asumir. Hemos vivido épocas espantosas, muy dolorosas, y no se quieren recordar, no se quieren ver. Eso de que te estalle una bomba al lado no puede ser, es algo que no puede suceder en una sociedad civilizada. Y que los políticos miraran para otro lado, como hicieron, tampoco puede ser.

¿Nada ha cambiado después del informe de la CVR?

Algunas cosas tuvieron que cambiar, pero por miedo, no por convicción. Algo se ha mejorado en el tema de los salarios. Pero la injusticia sigue, el esquema se mantiene, quizá las realizaciones no son tan espantosas como antes. Somos un Estado que todavía no se ha reconstituido. Nos hemos quedado peleando entre nosotros y nos hemos olvidado del Perú. Hay una politiquería espantosa. El Perú no ha cambiado como debía cambiar. Lo que pedía la CVR era un cambio radical, es decir que se acabaran esas condiciones de injusticia y de discriminación que había. Eso no se ha querido hacer, ni siquiera se ha querido mirar. Hay mucha gente a la que ese sistema la favorece y por eso no se quiere cambiar. Los distintos gobiernos han tenido una política de no mirar. Eso lo vamos a pagar un día. La historia te cobra las cosas.

César Jumpa

Galatea durante una audiencia de la CVR en 2002, mientras Inocencia Vargas, Inesa Aquino y Martín Izquierdo brindan su testimonio sobre los hechos ocurridos en la comunidad de Huayrapampa en 1988. Colección de la Defensoría del Pueblo- Centro de Documentación e Información del Lugar de la Memoria- LUM</em>

¿Y nos va a cobrar con una repetición de esa historia de violencia? ¿Se mantienen las condiciones para el resurgimiento de una violencia como la que tuvimos con Sendero?

Esas condiciones se mantienen. Creo que sí, que puede resurgir una violencia como la que tuvimos en el tiempo de Sendero. Y lo creo con miedo. Hay cincuenta mil focos de violencia que no se ven con claridad. En eso la prensa también es culpable, porque informa lo que le da la gana, pero no informa la verdad. Si no se cambian esas estructuras de injusticia, pobreza, desigualdad, el peligro de un rebrote de esa violencia está presente.

El informe de la CVR también llamó la atención sobre los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad, algo que algunos sectores pretenden negar. ¿Cómo ves lo avanzado en el tema de justicia y reparación a las víctimas de violaciones a los derechos humanos, otra de las recomendaciones de la CVR?

Los militares se volvieron terroristas en un momento y fueron matando gente. Esa es la realidad. Ahí faltó moral y educación. Saber que la vida es lo más sagrado que tenemos. Cómo es posible que haya habido gente asesinada por los militares, cuando los militares debían haber sido sus defensores. Era una cosa terrible. Sobre justicia y reparación para las víctimas lo que ha habido por parte de las autoridades ha sido fundamentalmente un silencio. Para ellas el informe de la CVR no existe. No se ha hecho casi nada, y no ha pasado nada.

¿Coincides con quienes dicen que sin la reforma agraria de Velasco, Sendero habría tenido muchas más posibilidades de ganar?

Sí, totalmente de acuerdo, estoy convencido de eso. Velasco hizo cosas interesantes, como la reforma agraria. En los años cincuenta, yo todavía estaba chico, fui al norte y vi como en Casagrande todavía se empleaba el látigo contra los campesinos. Eso ocurría un siglo después de la abolición de la esclavitud. Era espantoso, terrible. Eso terminó con la reforma agraria. Si no hubiéramos tenido la reforma agraria, Sendero habría podido tener el apoyo del campesinado y eso le habría dado la posibilidad de ganar.

¿Cuál ha sido el impacto de Sendero y la guerra interna en el país?

Lo ocurrido fue una desgracia muy grande, peor que la guerra con Chile, que fue terrible porque el enemigo nos ganó, y nos ganó por culpa de nosotros, pero esto fue peor porque era una guerra entre nosotros, y entre nosotros nos matábamos. Lo que hemos vivido ha sido espantoso. No ganó nadie, perdió el Perú.

¿Qué fue lo más importante del informe de la CVR?

Lo más importante es haber dicho por qué se produjo esta violencia, analizar las causas. A uno los senderistas le decían -y te daba rabia que te lo dijeran porque en parte tenían razón- que más gente había muerto por el régimen capitalista, que por Sendero. Y es verdad. Pero hay formas de morir, una forma de morir es de hambre y otra forma es morir fusilado. Se dijo que Sendero estaba a punto de ganar, pero eso no era cierto, nunca estuvo a punto de ganar. Pero hizo mucho daño. Y sobre todo hizo daño en el mundo campesino, quechua hablante, es decir aquel mundo que está marginado. Esas personas pobres no tuvieron defensa. La CVR cumplió en informar las bestialidades que hubo. Eso quedó claro.

Se ha cuestionado mucho, incluso lo hizo la CVR, el papel de la Iglesia Católica, bajo la dirección de Cipriani, en Ayacucho, epicentro de esta guerra interna. ¿Luego de todos estos años, cómo evalúas lo ocurrido con la Iglesia en ese tiempo de violencia?

Cipriani fue un desastre clamoroso. En Ayacucho dejó a mucha gente desamparada. Por respeto a la Iglesia no se ha hecho más bulla sobre ese desastre. Pero la Iglesia también tuvo partes buenas. En Puno, la Iglesia estuvo muy bien. En Huancavelica tuvo algunas cosas buenas. En Ayacucho estuvieron mejor las iglesias protestantes. Cuando Cipriani fue trasladado a Lima entró en Ayacucho el padre Antúnez de Mayolo, que comenzó a visitar las comunidades campesinas, algo nuevo porque Cipriani no salía de la ciudad, y comenzó a darse cuenta del drama. Con él mejoró la actuación de la Iglesia en Ayacucho.

¿Cipriani fue cómplice de las violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad?

Sí, claro, eso es evidente. Puso un cartel que decía: Aquí no se aceptan denuncias por violaciones a los derechos humanos.

Como ocurrió en los años de la violencia política, con la pandemia del coronavirus otra vez los pobres son las principales víctimas…

Siempre, siempre los pobres son los que pagan todo. Los pobres tienen menos reflejos, menos recursos, menos salud para enfrentar una pandemia.

¿Cómo agarra al Perú esta pandemia?

Nos agarra mal. Nos agarra con plata, es verdad, pero tenemos plata porque se ha ahorrado por no haber invertido en lo que debería haberse invertido. No es posible que el Perú tenga tanta plata guardada y los servicios de salud sean un desastre, los servicios educativos otro desastre, y la oferta de trabajo también desastrosa. En esta crisis lo que ha sido bueno es que la televisión ha ido a los cerros y ha mostrado cómo vive la gente pobre, eso es muy importante porque buena parte del país vive de espaldas a esa realidad. Tenemos una pobreza increíble. Hay ocho millones de peruanos que no tienen agua, eso es una bestialidad, porque uno puede vivir sin luz, pero no puede vivir sin agua. Ahí el gobierno tiene que organizar a los pobres en función del trabajo. Hay que inventar trabajo para los pobres, pero trabajos que duren. El Estado tiene que ser un generador de empleo, el gran mecanismo para que la gente encuentre trabajo. Hay que seguir dando alimentos porque el hambre es muy mal consejero. No se puede perseguir a los ambulantes que necesitan trabajar para vivir. Hay que enfrentar los problemas estructurales de desigualdad y pobreza que advirtió la CVR, pero que no se han querido mirar.

¿Si se hubiera enfrentado esos problemas estructurales advertidos por la CVR, los efectos de esta pandemia en el país serían menos graves?

Sí, sin duda la pandemia nos habría agarrado en mejor situación. Estamos viendo que no tenemos un sistema de salud. La salud pública ha sido abandonada por años. Cómo es posible que en una ciudad como Iquitos no haya oxígeno para atender a la gente en los hospitales, algo que es elemental. Lo de Iquitos y Ucayali me espanta. No tenemos estructura para enfrentar esta pandemia. Podemos hacer muchas cosas buenas, pero no hay soporte en el Estado. Hay que trabajar mucho para tener estructuras sólidas, un sistema de salud que valga la pena.

Esta pandemia dejará una crisis económica y agravará esos problemas estructurales de pobreza y desigualdad que no se han enfrentado. ¿Esto puede acelerar un estallido de violencia, al que antes te referías como una posibilidad presente?

No sé si acelerar porque la gente también cae enferma y se debilita. Pero el peligro de un rebrote de la violencia existe. Esto puede estallar en una violencia social. Toda violencia es mala, siempre. El riesgo debido a esa violencia estructural de pobreza y desigualdad es inmenso. Vivimos en un país peligroso y eso da miedo.

¿Qué sensación te ha dejado ver a miles de personas que en plena cuarentena han salido para tratar de regresar caminando a sus pueblos porque se han quedado sin lo poco que tenían y salen huyendo del hambre?

La sensación de un desamparo espantoso en el que están esas personas, y también de lo valiente que es la gente, que se plantea ir a pie desde Lima hasta sus pueblos, en la sierra o la selva. Eso es desesperación, pero también valentía.

¿Coincides con quienes opinan que esta pandemia ha desnudado la profundidad de las desigualdades y exclusiones del modelo neoliberal?

Sí, coincido con eso. La pandemia ha desvelado los niveles de desigualdad en el país, ha mostrado los puntos flacos. Yo no soy el indicado para proponer un modelo, no soy un especialista, pero es evidente que lo que tenemos ahora no funciona y hay que buscar otro modelo.

Entrevista QH5

Gastón Garatea en abril de 2019 durante una conversación con el Arzobispo de Lima, Carlos Castillo. IMagen: Still del video "Carlos Castillo y Gastón Garatea: dos amigos conversan". Usuario PUCP en Youtube</em>

¿Cómo ves la reacción del gobierno frente a esta pandemia?

Al principio estuvo muy bien. En la disyuntiva entre la salud y la vida o la economía, optó por la salud y la vida, lo que estuvo muy bien. Dar los bonos ha estado bien, pero eso es insuficiente, es un alivio de corto plazo y se acaba. Ahora se han dado cuenta que no les alcanza con los bonos y están aflojando para que la gente salga a trabajar. El gobierno se da cuenta del problema, pero no sabe bien qué hacer. Nadie sabe. Vizcarra es un gran presidente, en mi opinión es un hombre providencial, pero te das cuenta que no puede hacer mucho: no tiene partido, no tiene bancada parlamentaria, está a la espera de que la gente lo apoye…

Según las encuestas más de un 80 por ciento lo apoya…

Es decir, no lo ataca, pero no es un apoyo activo. Vizcarra ha hecho cosas muy buenas, como salir a conversar con la gente, salir a enfrentar las cosas. El ministro de Salud [Víctor Zamora] está haciendo una buena labor, se le ve que trabaja, pero no tiene las herramientas necesarias. Haber creado el “Comando Covid” y poner al frente a Pilar Mazzetti, que es muy lúcida y capaz, ha sido un gran acierto. Vizcarra hace lo que puede, trata de decir lo que ve, pero no sé si ve todo. Vizcarra nos ha mostrado que es honesto y eso nos da confianza.

¿Y cuáles son sus principales errores en el manejo de esta crisis?

Hay cosas en las que le ha costado tomar decisiones, como en el tema de los presos. Al final ha optado hacerlo él, pero ya cuánta gente ha muerto. Un error es mantener al ministro de Justicia [Fernando Castañeda], que ha demostrado incapacidad y no debe seguir. El gobierno debió de haber tenido más reflejos para ver los efectos de suprimir la economía. Creo que Vizcarra no es un hombre que tenga una sabiduría muy grande sobre economía y el problema económico es muy gordo. En eso manda la ministra de Economía [María Antonieta Alva], y es bueno que sea así, que deje que la gente trabaje. Yo cuestiono este modelo económico, pero me parece que la ministra de Economía es bien intencionada y honesta. Un problema del gobierno es que está amarrado por los empresarios. La Confiep tiene mucho poder, es más importante que la oficina del Primer Ministro.

¿El gobierno no puede desprenderse de esa influencia de la Confiep?

La Confiep es una fuerza muy grande en el país, el gobierno no tiene cómo hacerle frente. Los empresarios son nefastos en este país. Durante años la Confiep ha estado contra los pobres…

¿Sigue estando contra los pobres?

Creo que sí. Los empresarios buscan su beneficio personal y dicen que eso es a favor de los pobres.

¿Cómo ves el futuro del país después de esta pandemia?

Estamos en un momento muy delicado, que no es entendido por toda la gente. Yo tengo miedo de que la pandemia nos gane y comience a morir mucha más gente. No sé cómo mirar el futuro. Lo que me deja descolocado es lo mundial. Todo el mundo está en crisis. El Perú no se recupera sino se recupera el mundo. La situación me genera una angustia de qué va a pasar. El futuro es incierto.

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