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Sobre “Sexualidades amazónicas…” de Luisa Elvira Belaúnde

Sobre “Sexualidades amazónicas…” de Luisa Elvira Belaúnde

Sexualidades amazónicas. Género, deseos y alteridades. 1ª ed.- Lima. La Siniestra Ensayos, 2018. BELAUNDE, Luisa Elvira

El libro “Sexualidades amazónicas…” es un conjunto de ensayos que abordan al género y la sexualidad de los pueblos de la Amazonía desde su propio pensamiento, cosmología y prácticas socioculturales. En este sentido, y destacando la singular percepción de los pueblos amazónicos a partir de diversos trabajos etnográficos, es que resulta una necesaria contribución a los debates que se desarrollan en la actualidad sobre el género y la sexualidad.

La autora nos introduce al diverso mundo sexual amazónico, en primer lugar, mostrando un contraste básico entre la sexualidad occidental y la amazónica: la primera se desenvuelve en relación al placer, la transgresión, al cuerpo como foco del goce y muy ligada al sentido de culpa y pecado; la segunda, como un movimiento de relación y comunicación con el otro, con la alteridad. Así, se distancia de los estudios de género que utilizan las teorías de poder y jerarquías y dominación (debido al carácter históricamente construido en contextos y situaciones específicas), por el análisis social y antropológico que priorice el universo moral, los significados y las relaciones entre las personas de un mismo género y de género distinto. Cabe mencionar que si bien los pueblos amazónicos han sido y son parte de los procesos coloniales y políticos de hace más de 500 años -lo que indica que no es que sean un “ente aparte”- las nociones de jerarquía y dominación que hayan podido absorber del mundo occidental no necesariamente se equiparan con sus propias nociones o percepciones de la realidad.

En segundo lugar, nos indica el vacío que existe en la actualidad respecto a estudios etnográficos que introduzcan a la mujer amazónica no solo como un objeto de intercambio comercial (como las teorías de Lévi – Strauss), sino, y sobre todo, como agente de acción con propias capacidades, puntos de vista y experiencias. Esto permitirá una mirada no constreñida solo a relaciones de dominación entre géneros, sino, también, sujetos en constante dinámica y comunicación que resignifican su percepción de la realidad.

De acuerdo a la autora, para visibilizar la diferencia entre los hombres y las mujeres, las relaciones de género desde una perspectiva amazónica, es necesario comprender el espacio de la corporalidad desde una serie de nociones y prácticas, tales como: las concepciones de género cruzada y paralela, la noción de sangre, la práctica del resguardo (dieta y reclusión), producción, depredación y comunicación con los seres del cosmos.

La reproducción paralela es la idea de que lo femenino se adquiere por la madre y lo masculino por el padre; es decir, los hombres y mujeres son dos tipos diferentes de seres humanos y llevan vidas paralelas, produciendo y manejando conocimientos propios. La reproducción cruzada es la noción de que los hombres y las mujeres son un mismo ser humano, donde cada cual contribuye con sus alimentos, sus artefactos y sus conocimientos en beneficio de una vida en común. Afirma la autora que estas dos concepciones de género coexisten en el tejido social amazónico.

La noción de sangre, muy importante en el manejo etnográfico de la autora, es el principal vehículo tanto de la distinción como de la unidad entre los géneros a lo largo de la historia y experiencias de las personas amazónicas. No solo se ciñe a una mirada biológica de la sangre, sino, reúne a esta, lo mental y lo espiritual, lo cual indica que el manejo del flujo de la sangre en la historia de la vida es un proceso constitutivo de la fertilidad, la salud, el trabajo, la creatividad, el bienestar, la religiosidad, la identidad personal y los vínculos interétnicos. Así, para entender la dinámica de los géneros es necesario comprender que la sangre es el vehículo principal que ejecuta tanto la diferenciación como la unidad de los géneros. La sangre está asociada al pensamiento porque circula en el cuerpo, es decir, los pensamientos son estados de la sangre. Cuerpo, sangre y pensamiento son una tríada que detenta poder al ser nociones que proyectan vida en el mundo amazónico. Asociado a ello, un elemento relevante de las relaciones de género es la transformación de las personas por medio del manejo de la sangre asociado a prácticas de dieta y reclusión, lo que la autora señala como el “resguardo”.

El resguardo es sinónimo de proteger, cubrir, asociado a momentos de dieta y reclusión donde se “fabrican personas”, se “hacen personas”. Es el conjunto de los aspectos movilizados por las tecnologías corporales que incluyen una variedad de prácticas, tales como restricciones alimenticias, reclusión, uso de sustancias vomitivas, plantas y la abstinencia sexual. Estas dietas o reclusiones se dan en momentos en que los cuerpos están transformándose, están creciendo, adquiriendo habilidades o conocimientos en pos de llegar al estado deseado. Para que este transcurrir sea correcto, es necesario que el resguardo no sea quebrado, lo que generará el riesgo de ser un “otro”, volverse un “otro”.

Los momentos de pasaje (liminales) como la pubertad, el parto o la muerte, deben ser protegidos, resguardados dada la importancia del proceso de transformación que constituyen; la quiebra del mismo implica convertirse en otro ser, pudiendo ser percibido como rabioso, no pariente o presa de “otredad”. La abstinencia sexual, en particular, es un instrumento esencial de transformación del cuerpo y de la personalidad durante el cumplimiento estricto de los resguardos, especialmente en la pubertad. La abstinencia sexual tiene un efecto de protección debido a que, para los pueblos amazónicos, el sexo es intrínsecamente una apertura al otro. Así, cuando los cuerpos están transformándose, es importante evitar la exposición a los peligros provenientes de ese otro, de ahí el sentido de la reclusión como forma de aislarse.

Podría asociarse el resguardo con una práctica de prohibición o represión. Sin embargo, esta asociación no es correcta. En primer lugar, el resguardo no se centra en censurar el placer (noción europea), sino en la necesidad de generar un estado de protección adecuado para posibilitar la transformación de los cuerpos y las personalidades durante las fases liminales de la vida.

Por último, la autora señala que los procesos de colonización amazónica, escolarización, la migración urbana de las poblaciones indígenas, la ampliación de las expectativas de que los hijos accedan a educación, salud, y el consumo de mercancías, ha permitido que aumenten las relaciones sexuales y amorosas entre personas de distintas proveniencias (sobre todo entre hombres mestizos y mujeres indígenas). Agregado a ello, está el hecho de que los líderes políticos indígenas luchan por el reconocimiento étnico y la legalización de sus tierras por parte del Estado, lo cual está vinculado con la decisión colectiva de crecimiento demográfico. Todo lo anterior genera que se vayan dejando de lado las prácticas tradicionales de control de la natalidad y los rituales de dieta y reclusión asociados al manejo de la sangre.

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